Los años de 1992 y 1993 representaron el clímax de la violencia de Cosa Nostra, que asesinó a los principales jueces antimafia, Giovanni Falcone y Paolo Borsellino, a decenas de miembros de las fuerzas del orden, a políticos y periodistas y realizó atentados con autos bomba contra el patrimonio cultural, como las Galerías de los Oficios en Florencia, la basílica de San Juan de Letrán y la iglesia de San Jorge en Velabro en Roma o la vía Palestro en Milán. La ofensiva de Cosa Nostra tuvo, sin embargo, una respuesta decisiva del Estado italiano, que lanzó la operación “Vespri Siciliani”, con el despliegue de 150 mil efectivos de la policía y las fuerzas armadas en Sicilia y la captura del principal capo de esa mafia, Salvatore “Totó” Riina, líder de la facción de los corleoneses, la más violenta, que fue decapitada, con cientos de arrestos en todo el país, resaltó el actual fiscal de Nápoles, Nicola Gratteri. También Cafiero de Raho se refirió a la importancia de golpear la riqueza y los patrimonios de las organizaciones criminales al tiempo que se les combate con estrategias de guerra pues “no es posible que existan grupos criminales en México que parecen verdaderos ejércitos, a tal grado que controlan territorios enteros, y desarrollan actividades criminales sin que nadie esté en capacidad de reaccionar e incluso atemorizando a la policía”.
Author: Mario Osorio
Published at: 2025-07-19 19:58:00
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