Por eso Poilievre, el hombre que a su manera, la canadiense, había imitado la retórica (que no el estilo personal) del populismo conservador antiwoke o antivacunas de Trump; que había destrozado el legado de Trudeau y convencido a millones de personas de las bondades del Canada First, pasó de ser favorito indiscutible, con más de 25 puntos de ventaja en las encuestas, a ser un recordatorio constante de todo lo que puede salir mal. Cuando Trump echó el freno y dejó de tuitear, provocar y pinchar (algo que coincidió con la salida de su némesis Trudeau, al que despreciaba desde que llegó al poder y que representaba todo lo contrario a lo que él cree), la campaña volvió a centrarse en la vivienda, los servicios sociales, la presión migratoria, el brutal estancamiento económico, y el impulso del Partido Liberal se desinfló. Poilievre se desgañita en cada mitin hablando de la "década perdida de los liberales", asegurando que tratan de que haya una "amnesia colectiva" sobre el Gobierno Trudeau, los impuestos, la falta de crecimiento, los incendios de 2023, las políticas medioambientales, sobre lo que consideran el peor ejemplo posible de wokismo institucional.
Author: Pablo R. Suanzes
Published at: 2025-04-27 20:54:19
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