Pero créame también si le confieso que ya estoy demasiado mayor y maqueado para tragarme cuentos chinos como, sin ir más lejos, ese de que el gasoducto Nord Stream-2, la infraestructura energética más importante de Alemania, a su vez la economía industrial y exportadora más importante de la Unión Europea, fue destruido con explosivos a cientos de metros de profundidad, huelga decir que en el medio del mar, por unos submarinistas gamberros que no tenían nada mejor que hacer aquel día para entretenerse y pasar el rato. Un presidente que, por cierto, quiso hacer público, para que todo el mundo lo supiera, que durante la primera hora de la tarde del lunes había mantenido una conversación telefónica con el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg. Pero, dentro de la desgracia, el azar quiso que el accidente se produjera en la Península Ibérica, cuyo sistema eléctrico estaba desconectado del resto de los países europeos.
Author: José García Domínguez
Published at: 2025-04-29 20:30:06
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