Pero si no tiene remedio, y no lo tiene, es debido a que el asunto no va de buenos y malos, sino de la imposibilidad fáctica de intentar democratizar algo, el acceso a la judicatura, que por su propia naturaleza no se puede democratizar. Y no debería tener que explicar que estoy hablando de una élite de la inteligencia, no del dinero o de las influencias y las relaciones sociales. Si esa ley, la que ahora discuten, se aprueba, mil de esos jueces sustitutos van a acceder directamente a mil plazas vitalicias de jueces de verdad, jueces como los que en su día aprobaron una de las oposiciones más duras que existen tras haberlas preparado durante años.
Author: José García Domínguez
Published at: 2025-06-11 22:21:36
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