Estaba planeada una cumbre de dos días pero China anuló el segundo, una reunión de negocios en la provincia central de Anhui, para subrayar su frustración por la falta de progresos y devolverle el feo a Bruselas, que antes había cancelado un par de foros conjuntos. Ocurre que las tierras raras se han revelado como el as de oros chino, capaces de rendir a Trump, y Pekín busca poderosas contraprestaciones: quizá recuperar el gran acuerdo de inversiones bilateral, pausado durante años, o el fin o recorte de los aranceles a sus vehículos eléctricos. En Europa ven ahora a los negociadores chinos muy crecidos y escasamente inclinados a las concesiones tras haber sometido a la primera potencia mundial en apenas 18 días, los que mediaron entre los cañonazos arancelarios de Trump y su petición de tablas.
Author: Adrián Foncillas
Published at: 2025-07-23 20:00:54
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