En el encuentro que tuvo lugar la semana pasada entre el Reino Unido y la República Francesa nadie en las respectivas delegaciones mencionó el Brexit, la catastrófica ruptura de las Islas Británicas con la Union Europea en 2016, y muchos se refirieron a la Entente Cordiale, el armonioso acuerdo en 2004 entre las dos naciones para plantar cara a las ambiciones africanistas de Alemania. El tiempo, tan tenso y tan veloz, lo dirá, pero es posible que la visita de Estado de Emmanuel Macron a sus vecinos en la otra orilla del Canal de la Mancha, la primera por un inquilino del Elíseo desde la que realizó Nicolas Sarkozy en 2008, marque un antes y un después en la defensa por y para los europeos de sus propios valores y bienestar. A Macron le debió encantar la parada de la Guardia Real que en una tarde soleada la semana pasada le recibió a su llegada al inmenso castillo de Windsor y la cena de gala que Carlos III del Reino Unido le ofreció en la milenaria fortaleza que construyó un invasor normando, Guillermo el Conquistador, en el siglo XI.
Author: Tom Burns Marañón
Published at: 2025-07-13 20:30:35
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