Haciendo honor a la verdad, hubo un toro, el quinto, que por hechuras y encastado fondo, fue lo más parecido a uno de los de su raza. La vuelta al ruedo del héroe sangrante debió concluirla en la puerta de la enfermería, donde ingresó con una cornada de15 centímetros en la cresta iliaca y un desgarro en el pene (pronóstico reservado). Comenzó la función con una confusión: aplaudía la afición el regreso de Damián Castaño después de la cornada del arranque de temporada ante los adolfos, y abajo debieron pensar que el destinatario era Fernando Robleño.
Author: Zabala de la Serna
Published at: 2025-05-27 20:16:45
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