Las cenizas de la escritora y política socialista Matilde de la Torre (1884-1946) regresan del prolongado y amargo exilio de la dictadura a su 'Villacaciques' natal, apodo irónico que acuñó para la burguesía local que boicoteó su academia de enseñanza y el coro campesino que inspiró. Después de 79 años enterrada en el olvido del panteón español de la Ciudad de México, el grupo de danzas Virgen del Campo de su pueblo, Cabezón de la Sal (Cantabria), ha tomado la iniciativa de cumplir el último deseo de la diputada republicana: descansar en su tierra. La Fundación cántabra que lleva su nombre ya ha recibido el permiso para exhumar sus restos que llegarán a Cantabria el año que viene, junto a los de su hermano Carlos que yacen en la misma fosa, gracias a la intercesión de la Asociación Montañesa en México.
Author: Olga Agüero
Published at: 2025-11-09 20:30:32
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