La derrota electoral en la Comunidad Autónoma de Andalucía, granero secular del PSOE, donde nunca había gobernado la derecha, no fue objeto de debates ni de críticas en los órganos del PSOE, como tampoco los hubo antes por la estrepitosa derrota en el Ayuntamiento y en el Comunidad Autónoma de Madrid donde se fundó el 2 de mayo de 1879 el partido por Pablo Iglesias con el nombre de Agrupación Socialista Madrileña, a la que pertenecieron históricos militantes como Julián Besteiro e Indalecio Prieto, el presidente de la Comunidad Joaquín Leguina y Alcalde de Madrid, Tierno Galván, y que, hoy, tras fracasar los candidatos, uno tras otro, como también será derrotado Oscar López, designados personalmente por Sanchez para dichos cargos, el prestigioso socialismo madrileño está en una crisis lacerante y ha sido relegado al tercer puesto en las elecciones autonómicas y en las municipales. No nos engañemos, el patológico egocentrismo narcisista de Sánchez que, parafraseando a Bertrand Russell, tiene "un deseo insaciable y una ambición sin límites", arquetipo del narcisismo político, como lo ha calificado magistralmente el catedrático Antonio Elorza, intelectual comprometido con los valores de la izquierda, en su reciente libro Pedro Sánchez o la pasión por sí mismo (anatomía de un dictador), no dimitirá por los casos de corrupción, como ha dejado claro en el Comité Federal del PSOE, en el que tuvo un apoyó del 99,9%, y volverá a pactar con los mencionados aliados, y con Puigdemont, prófugo de la justicia, a cualquier precio, como puede ser, entre otros, la aprobación de la llamada vergonzante "financiación singular" de Cataluña, que vulnera el principio constitucional de igualdad (artículo 1.1 de la C.E. Ha llegado de nuevo el momento histórico oportuno en el que el Partido Popular y el PSOE lleguen a un acuerdo que si no puede ser a través de una gran coalición, que sería lo deseable, como la que formaron el partido socialdemócrata alemán (SPD), más antiguo que el PSOE, y la democracia cristiana de la señora Merkel, al menos lleguen a acuerdos parlamentarios puntuales de gobernabilidad, para evitar que gobiernen España los que quieren destruirla, pero para ello hace falta tener la grandeza política y humana de un estadista, la preparación intelectual de don Fernando de los Ríos y Julián Besteiro, la inteligencia política de Indalecio Prieto, que se definió socialista a fuer de liberal, el liderazgo político de Felipe González, y el equipaje cultural de Alfonso Guerra, cualidades de las que Sanchez carece completamente, a pesar de que a ningún Secretario General del PSOE se le haya tributado un culto a la personalidad por la militancia socialista, que podría estar padeciendo una hemiplejía moral, término acuñado por el filósofo español José Ortega y Gasset, en el prólogo para su obra en versión francesa de La rebelión de las masas, publicada en mayo de 1937, que define la incapacidad de pensar a una persona de una forma extensa, más allá de su ideología.
Author: Eligio Hernández
Published at: 2025-08-10 20:52:02
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