Al mundo ya no lo salvará la belleza, como creía Dostoyevski, porque la belleza fue deconstruida por el nihilismo burgués (Walter Benjamin: estaba reservado a la burguesía del siglo veinte el incorporar el nihilismo a su aparato de dominación) y la mano negra de ... la CIA de Michael Josselson (ver 'La CIA y la guerra fría cultural', de Frances Stonor Saunders). El arte contemporáneo, recuerda Erriguel, es una religión de la nada con un pecado supremo: el amor a la belleza, denunciada como «una pornografía espiritual, como un deseo secreto de dominación, como un uso de la fascinación para adormecer masas (al estilo de Hitler y de Mussolini y de todos los antidemócratas que en el mundo han sido)». El caso de Sydney Sweeney (el pecado supremo del amor a la belleza y su secreto deseo de dominación) habría que ponerlo sobre la mesa de Antonio García-Trevijano, autor de 'Ateísmo estético', el único libro de arte interesante que se ha escrito en español, y de Dalmacio Negro, el verdadero relojero de la Puerta del Sol, que es el Estado (el Dios real, o 'wirklichen Gott'), ambos en controversia radiofónica sobre la belleza de Marilyn Monroe y de Jane Russell: de Russell, Negro, y de Monroe, Trevijano, teórico del republicanismo, que amó la belleza sobre todas las cosas: «Los amantes de la belleza y los que esperan ser conmovidos por la expresión de las grandes realizaciones artísticas han de acercarse a ellas, y contemplarlas, con la ingenuidad silenciosa de los cortesanos cuando sus reyes hablan».
Author: (abc)
Published at: 2025-08-04 17:16:36
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