Y es que a nadie se le escapa que, más allá del conflicto entorno al programa nuclear iraní, lo que ha estado en disputa en los diversos conflictos de los últimos meses es la hegemonía política y militar de la región, lo que Benjamin Netanyahu llama pomposamente «el nuevo orden de Oriente Medio». Antes de la reciente guerra contra Irán, Israel había dejado a Hamás luchando por su mera supervivencia en Gaza, a Hezbolá diezmada y sin capacidad de responder a sus bombardeos casi diarios en el sur del Líbano, y gozaba de plena libertad de acción en Siria. Y no habría triunfo político más preciada por Netanyahu que la normalización entre Israel y Arabia Saudí, un país con una posición clave en la región tanto a nivel económico, por sus reservas de petróleo, como simbólico, por ser el guardián de las ciudades santas de la Meca y Medina.
Author: Ricard G. Samaranch
Published at: 2025-06-28 20:25:00
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