Además, debe suministrar a sus generales los medios para desarrollar la estrategia militar de forma eficiente y, si siguiéramos las recomendaciones de Liddell Hart, a través de acciones estratégicas limitadas y de aproximaciones indirectas que deben recogerse en el concepto de empleo de las Fuerzas Armadas y modular el proceso de obtención de los recursos humanos y materiales necesarios. Todo un plan de gasto sin acompañamiento de un proceso de renovación estructural de las Fuerzas Armadas y cautivo de opacos intereses, de una industria de defensa que parece condicionar, por motivos impropios, el planeamiento de las Fuerzas Armadas a medio y largo plazo y no estar a su servicio. La defensa es de todos y al anuncio del programa de inversión en armamento le falta una explicación pública sobre las prioridades que han recomendado la selección de sus componentes, más allá del compromiso de presentar la previsión de un gasto en defensa del 2 por ciento del PIB, y más transparencia sobre los plazos de obtención y su respaldo financiero.
Author: (abc)
Published at: 2025-04-27 17:37:53
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