Arruinada y ansiosa por ocuparse de su hermano -al cuidado entonces de la anciana madre de ambos-, y de su apetitoso legado, Elisabeth Förster-Nietzsche, como decidió llamarse a partir de entonces, regresó a Alemania en otoño de 1893. Förster-Nietzsche pudo influir de manera sorprendentemente intensa en la imagen pública de su hermano porque precisamente en la década de 1890 comenzaron a imponerse las revistas ilustradas con tiradas de cientos de miles de ejemplares. Ese mismo año, Elisabeth recibió la noticia: su hermano Friedrich había abrazado en un gesto de desesperación a un caballo maltratado en la piazza Carlo Alberto de Turín, episodio que marcó el inicio de su total pérdida de la razón.
Author: Daniel Arjona
Published at: 2025-04-14 22:07:09
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