Más allá de América -continente en el que podría ganar todavía más exposición si compra la portuguesa TAP, en proceso de privatización-, IAG no descuida sus mercados tradicionales, como son las conexiones internas en Reino Unido y en España y las rutas entre esos países y el resto de Europa y el Norte de África. Y lo hace con un objetivo de mantenerse con una rentabilidad de entre el 12%y el 15% -en la banda alta del sector en Europa- y con una deuda neta muy baja, que le está llevando a amortizar vencimientos y a remunerar a los accionistas a través del dividendo (435 millones el último año) y de la recompra de acciones (mil millones de euros solo este año). Más allá de la incertidumbre por los aranceles, los altibajos del petróleo, la crisis económica y el ritmo de la digitalización del negocio, la cuestión medioambiental es el gran reto a largo plazo, tanto por la dificultad de cumplir sus propios planes de descarbonización hasta 2050 como por el coste que tendrá hacerlo y, a la vez, cargar con nuevos gravámenes.
Author: Artur Zanón
Published at: 2025-07-28 22:31:54
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