Sorprendentemente, el que ha hecho al gobierno cambiar de rumbo no ha sido la reacción contra el "multiculturalismo" que ha alimentado a partidos de extrema derecha en otros países, sino otro problema que también azota a los países occidentales: la vivienda y los servicios públicos que la acompañan. Las estimaciones iniciales proyectaban la llegada de 1,2 millones de inmigrantes entre 2023 y 2026, pero subestimaron el peso de la inmigración temporal: el número de visados concedidos —incluidos los dirigidos a estudiantes internacionales o trabajadores extranjeros— ha hecho que la cifra real se acerque a los tres millones. Mathieu Tremblay, director de Impack, una empresa de ingeniería en Saint-Jacques —a una hora de Montreal— optó por tomar medidas por su cuenta: "Recurrimos a la inmigración para enfrentar la escasez de mano de obra, pero nos topamos con la falta de vivienda como un obstáculo enorme.
Author: Clara Ferrando. Montreal (Canadá)
Published at: 2025-04-27 17:08:00
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