Y aunque se sospechaba que el danés esperaría a etapas más duras para dejar clara su jerarquía, se bastó para dar un golpe a la carrera en la meta de la estación de Valdezcaray, uno de esos puertos con más nombre que pendiente, de dureza relativa, y más cuando se sitúan al final de una etapa ‘monopuerto’, a cuyo final llega todo el mundo con suficiente gasolina. Vingegaard aumentó en medio minuto su renta sobre Almeida, quizás su rival más lógico de aquí al final de la carrera, y recortó en 1’45” la renta del líder Torstein Traeen, que llega de rojo por un puñado de segundos a la jornada de descanso de este lunes, aunque sabiendo que Vingegaard se pondrá al mando a la siguiente oportunidad, quizás ya el martes en otra subida parecida a la que ha dado al danés su cuarta victoria de etapa en una Vuelta a España. Con solo una cota en el horizonte y muchos kilómetros de llano antes, costó dios y ayuda que se formara una fuga, en la que finalmente entraron, tras varias tentativas, idas y venidas, Hessmann, Kwiatkowski, Ryan, Vermaerke y Slock, a los que se les dejó hacer sin que la escapada fuese a más de los dos minutos y medio de ventaja, en un ejercicio de control del pelotón, casi siempre encabezado por los Lidl Trek pensando en Ciccone y sus opciones de sorprender a Vingegaard o al menos a Almeida en la guerra por el podio.
Author: Joan Justribó Llauradó
Published at: 2025-08-31 15:44:56
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