Aunque, en un principio, unos tipos más altos mejoran los márgenes bancarios y la rentabilidad, las entidades tienen que considerar otros efectos como, por ejemplo, una mayor volatilidad y coste de la financiación bancaria (que afectará a la financiación de los hogares y empresas), un repunte de la morosidad y un menor valor de mercado de sus activos financieros. Por ejemplo, el sector del automóvil europeo (incluyendo componentes) se verá muy afectado en esta guerra arancelaria (además de por la masiva irrupción de automóviles eléctricos chinos), lo que afectará a la valoración que hacen los bancos de los perfiles de riesgo de estas empresas y, en consecuencia, de las condiciones ofrecidas en sus operaciones de financiación, especialmente, a medio y largo plazo. Otro posible efecto "contagio" sobre la banca europea y española estaría relacionado con una mayor flexibilidad regulatoria impulsada por la nueva Administración Trump: por ejemplo, la regulación o la práctica supervisora de temas como las obligaciones de reporting regulatorio de los bancos (incluidos los relativos a riesgos medioambientales, sociales y de gobernanza; ESG, en inglés); los requerimientos de capital (más allá de lo que queda por implementar de Basilea III); las exigencias de pasivos para favorecer una recapitalización interna (bail-in) en caso de insolvencia; y las retribuciones variables de directivos.
Author: Antonio Carrascosa
Published at: 2025-04-07 22:44:04
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