Lleno de no hay billetes, en tarde por fin calurosa, esas de rejones donde el viento es lo de menos y el público viene a la fiesta y a disfrutar de los méritos. Esos caballos altivos que viven de sus requiebros, de la adrenalina que elogia el placer de ponerse en riesgo, no de la que te defiende como respuesta a un ataque, mucho más instintiva e inevitable. Tarde del todo entretenida, entre méritos de toros, de caballos y de jinetes y amazonas que extrapolan con su doma, la esencia de la tauromaquia al ejercicio vistoso, menos dramático y ecuestre que dan las corridas de toros que vuelven a los orígenes de los lances de otras épocas donde rodear a un toro y encelarlo era más que meritorio.
Author: Juan José Cercadillo
Published at: 2025-05-17 20:30:00
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