Así como la Constitución fue al mismo tiempo el acta de paz de la guerra civil y el certificado de defunción del franquismo, la firma del Tratado supuso el cierre definitivo de la etapa en que los españoles vivíamos presos de un complejo histórico de inferioridad, un lastre anímico, un prejuicio pesimista sobre nuestro destino. España comenzó a contar en las esferas de influencia geopolítica y los fondos de cohesión impulsaron la modernización de la sociedad y permitieron el equilibrio estructural de las autonomías, amenazado por el modelo de dos velocidades que perseguía el ya patente ventajismo nacionalista. Y si hay algo que lamentar en la efeméride española, además de la ausencia impuesta del Rey Juan Carlos y la voluntaria de González, es el papel de un Pedro Sánchez cuyos métodos iliberales son incompatibles con los principios originarios de un espacio de seguridad jurídica, tolerancia política y respeto por las libertades.
Author: (abc)
Published at: 2025-06-11 17:40:23
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