No solo ostenta el título de bombardero estratégico más grande del planeta, sino que además logró algo que parecía incompatible con su tamaño: convertirse en el más rápido de su clase. Apodado “Blackjack” por la OTAN y “Cisne Blanco” en Rusia, este coloso del aire nació en plena Guerra Fría, cuando la velocidad, el alcance y la capacidad de carga eran factores decisivos en el equilibrio nuclear global. En un mundo donde los drones y la guerra electrónica ganan protagonismo, este gigante supersónico recuerda que hubo un tiempo —no tan lejano— en el que la supremacía aérea se medía en toneladas de metal, kilómetros recorridos y velocidad pura.
Author: Romina Fabbretti
Published at: 2025-12-15 17:02:28
Still want to read the full version? Full article