El pasado febrero, la portada de la revista Time —que siempre se ha considerado un símbolo de estatus— mostraba a Elon Musk sentado tras el escritorio del despacho oval de la Casa Blanca. Musk abandonó esta semana su puesto en el llamado Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE según sus siglas en inglés) tras semanas de desencuentros y crecientes fricciones por la política económica del Ejecutivo, especialmente por la imposición de aranceles a medio planeta. Pero la relación entre ambos todavía resistía: «Voy a comprar mañana por la mañana un nuevo Tesla para mostrar confianza y apoyo a Elon», prometió el presidente, que montó una especie de concesionario de Tesla en la propia Casa Blanca.
Author: Paula Avendaño
Published at: 2025-05-31 18:00:00
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