Elon Musk convirtió una fábrica abandonada de EEUU en el superordenador más potente del mundo. Nadie pensó en los vecinos

Elon Musk convirtió una fábrica abandonada de EEUU en el superordenador más potente del mundo. Nadie pensó en los vecinos


En medio del entusiasmo por convertir a Estados Unidos en la “capital global de la IA” (según los nuevos lineamientos de la EPA bajo el gobierno de Donald Trump), la expansión de centros de datos devoradores de energía avanza sin una evaluación seria de sus implicaciones medioambientales, especialmente en comunidades vulnerables. El respaldo incondicional del ejecutivo a Musk, uno de los asesores más cercanos de Trump, ha coincidido con el debilitamiento de políticas ambientales, la eliminación de programas de justicia ecológica y una retórica que prioriza la eficiencia económica sobre la salud humana. De fondo, la colisión entre las promesas de la tecnología punta y la vieja realidad de la contaminación sistémica plantea una pregunta incómoda: ¿quién paga el precio de esta revolución digital?

Author: Miguel Jorge


Published at: 2025-05-25 17:01:46

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