En alguna ocasión anterior hemos deslizado esta hipótesis y comprobado que en las filas de la derechita valiente provoca ronchas y espumarajos; prueba inequívoca de que habíamos metido el dedo en la llaga. Pero, entretanto, mientras aturde con su fanfarria, provoca el pánico bursátil, atiza enfrentamientos con el poder judicial, proclama promesas irrealizables que sólo generan frustración y encono (como ha ocurrido con la guerra de Ucrania), profiere bestialidades frívolas que favorecen el trabajo de los carniceros (como ha ocurrido en Gaza); y, en fin, facilita enormemente la movilización del adversario, que agita sus terminales propagandísticas y logra un cierre de filas entre sus adeptos. El fiasco de Trump vuelve a probarnos que, sin la virtud de la prudencia, no es posible una política volcada hacia el bien común, sino tan sólo política de bandería (que, cuando es especialmente chirriante, favorece además a la bandería contraria).
Author: (abc)
Published at: 2025-06-01 17:33:48
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