El episodio, que generó una ola de críticas, provocó las dimisiones de dos altos ejecutivos y derivó además en una amenaza legal de Trump de 1000 millones de dólares contra la cadena pública, desató una profunda crisis en la corporación británica, ya bajo escrutinio por su cobertura de temas sensibles como la guerra en Gaza y las cuestiones de identidad de género. En octubre, el regulador de medios británico ya había reprendido a la cadena por “infringir normas de emisión” en un reportaje sobre Gaza, en el que el narrador era el hijo de un alto funcionario de Hamás. La crisis llega en un momento delicado para el grupo audiovisual, financiado mayormente por una tasa anual de 174,50 libras (unos 229 dólares) que pagan más de 22 millones de hogares británicos, lo que representa alrededor de 3800 millones de libras (unos 5000 millones de dólares) al año.
Author: LA NACION
Published at: 2025-11-10 14:56:57
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