Una de las líneas de propaganda gubernamental más efectivas en términos domésticos, a la vez que alejada de la realidad, es presentar a Pedro Sánchez como un estadista de talla internacional, el líder socialista que fija el debate, como el cambio de hora, y condiciona el curso de los acontecimientos. Pero fue sobre todo su rechazo a asumir el consenso entre los socios de la OTAN de aumentar hasta un 5 % del PIB en Defensa, ante la escalada de la amenaza de Putin a la UE, lo que acabó por convertir a Sánchez en un presidente poco de fiar. UU., como el ridículo intento de encabezar un «plan de paz» para Gaza, desmarcándose de la estrategia diplomática europea y pretendiendo ser alguien en el avispero de Oriente Medio -el día en el que numerosos países votaron en la ONU por un Estado Palestino, la crónica del New York Times hablaba de Francia, Reino Unido, incluso de Portugal, como países impulsores de esa medida, pero no de España-, así como su discurso rayano en el antisemitismo.
Author: Iñaki Ellakuría
Published at: 2025-10-21 22:11:54
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