Así lo creen en JP Morgan, que antes del ataque israelí situaba el barril para el resto de 2025 en una horquilla entre 60 y 65 dólares de promedio y ahora, en un informe a inversores en el que no descarta “una involucración geopolítica a tres bandas” con alianza entre EEUU e Israel para tratar de derrocar a Jamenei que propicie el cierre del enclave de Ormuz, por donde -recuerda la nota- fluye la quinta parte del tránsito mercante del crudo- con cuellos de botella logísticos. A la espera de que Teherán acepte la reclamación de EEUU e Israel de un enriquecimiento cero de uranio, lo que equivale a “renunciar a su capacidad para concentrar este material fisible en sus reactores nucleares para elaborar bombas atómicas”, aclara Michael Eisenstadt, director del Programa de Estudios de Seguridad del Washington Institute for Near East Policy, para quien el régimen iraní “podría estar a punto”, como denuncia Tel Aviv, de “conseguir ojivas atómicas”. Entre los argumentos en contra de esta contención inversora destaca el análisis de Harry Colvin, de Longview Economics, que incide en que el negocio del crudo anticipa colisiones geopolíticas entre Israel e Irán y recuerda que la historia de la OPEP se afana en precisar que el barril siempre duplica su valor antes de propiciar una recesión entre las naciones de rentas altas.
Author: Ignacio J. Domingo
Published at: 2025-06-21 19:54:46
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