William D. Hartung, investigador del Instituto Quincy y uno de los autores de la publicación, señala que la enorme inyección de fondos a los fabricantes de armas se produce a expensas de las prestaciones para el personal militar en servicio activo y los veteranos de las guerras estadounidenses posteriores a los ataques del 11-S. "A pesar de los aumentos salariales de los últimos años, todavía hay cientos de miles de familias de militares que dependen de cupones de alimentos, viven en hogares precarios o padecen otras dificultades económicas", aseguró. Hartung también afirma que la situación sería diferente si la cantidad de dinero destinada a los contratos con compañías armamentísticas se gastaran de manera eficaz y no en sistemas de armas sobrevalorados y de bajo rendimiento, como es el caso del avión de combate F-35, el misil balístico intercontinental Sentinel y la Cúpula de Oro.
Author: RT en Español , RT en Español
Published at: 2025-07-12 13:39:37
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