NUEVA YORK.- El presidente de Estados Unidos, Donald Trump salió ayer en defensa de la fiscal general, Pam Bondi, para frenar las críticas de algunos de sus seguidores por la publicación de nueva información sobre el financiero y depredador sexual Jeffrey Epstein que rebate sus teorías de la conspiración sobre el final del magnate, muerto por suicidio en agosto de 2019 en su celda de una prisión de Nueva York donde se hallaba a la espera de juicio. Cuando Trump alude en su post a Epstein “como alguien que no acaba de morir”, simplemente denota que lo que más le interesaría es que se dejara de hablar del financista, para justificar así su cambio de postura: de conspiranoico que denunciaba la intervención de manos negras en la muerte del magnate a defensor de la transparencia de la investigación (y, por tanto, del suicidio como causa de su muerte). A imagen de su jefe, el núcleo duro de la Administración republicana reniega hoy también del rumor sobre la intervención de terceros en la muerte de Epstein y de su supuesta lista de pederastas, aunque, de manera indeleble, al presidente lo persiga una imagen fotográfica, datada en febrero de 2000 en Mar-a-Lago, su residencia en Florida, en la que se ve al entonces magnate inmobiliario, y su esposa, Melania, junto con Epstein y su mano derecha, Ghislaine Maxwell, condenada a 20 años de cárcel en 2022 por suministrar menores al financiero muerto.
Author: María Antonia Sánchez-Vallejo
Published at: 2025-07-13 20:44:01
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