Este dispar comportamiento de los precios provoca que, a la hora de elegir en el lineal del supermercado, el comprador se decante con más facilidad por un producto preparado y listo para consumir, que puede que cueste no más de cinco euros, en vez de adquirir por separado los ingredientes que lo componen para cocinarlo en casa, cuya factura puede llegar a triplicarse, si incluimos el precio de las proteínas, las verduras, el aceite, la energía o el tiempo de cocinado. «Somos testigos de cómo los lineales dedicados a este tipo de productos ha aumentado un 50% entre 2022 y 2024», dice Maira Bes-Rastrollo, catedrática de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Navarra (Unav), investigadora del Instituto de Investigación Sanitaria de Navarra (IdiSNA) y de CIBEROBN, quien pone el acento en el alejamiento progresivo de los «patrones de la dieta mediterránea», que nos protegen frente al desarrollo de enfermedades crónicas. Carlos Monteiro, profesor de la Universidad de Brasil y otro de los autores de la revisión, pone el foco en los fabricantes: «Este cambio en la alimentación está impulsado por poderosas corporaciones globales que generan enormes beneficios al dar prioridad a los productos ultraprocesados, con el apoyo de una amplia campaña de marketing y presión política para frenar las políticas de salud pública eficaces que promueven una alimentación saludable».
Author: Pilar Pérez
Published at: 2025-11-18 23:31:36
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