Sin peligro de caer a corto plazo tras su formación a finales de 2022, el Gobierno israelí ha registrado en tres días fuertes temblores tras la salida de los dos partidos ultraortodoxos, precisamente cuando debe afrontar asuntos de calado estratégico y operativo como la posible tregua con Hamas para la vuelta de secuestrados, el día después en la Franja de Gaza, la posible ampliación de los Acuerdos de Abraham, la tensión con Irán tras sus 12 días de guerra y el dilema entre el enfrentamiento o acuerdo con el nuevo régimen en Siria. Al igual que hizo el partido ultrareligioso ashkenazí Judaísmo de la Torá el lunes por la noche, el partido sefardí Shas ha anunciado este miércoles su marcha del Ejecutivo, alegando "el incumplimiento de la promesa" para legislar una ley que de facto evite que se rompa la tradicional exención militar de sus estudiantes de la Torá. No lo tendrá fácil, porque la inmensa mayoría de los israelíes, incluida gran parte de los electores en la derecha, se opone a que los jóvenes jaredíes no hagan el servicio militar obligatorio, especialmente cuando el resto de sectores (excepto los árabes), están obligados a hacerlo y arriesgar sus vidas en la guerra más larga y dura en su historia, que ha hecho que, según el ejército, sean necesarios 10.000 soldados más.
Author: Sal Emergui
Published at: 2025-07-16 16:44:14
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