En el centro del continente, dos países han decidido mantener abierto el vínculo con Moscú, aprovechando excepciones temporales y un nuevo proyecto que reabre el debate sobre la coherencia energética europea. Lo paradójico de todo esto es que, mientras Europa presume de haber cerrado la grifería rusa, dos de sus miembros han decidido abrir un nuevo paso hacia Moscú, justo cuando el continente más necesitaba hablar con una sola voz. Es una herramienta de poder, una palanca económica y un recordatorio de que, en el tablero europeo, la unidad sigue siendo un proyecto en construcción.
Author: Martín Nicolás Parolari
Published at: 2025-12-06 13:19:19
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