El G-7 muestra las grietas que Trump ha infligido al orden multilateral

El G-7 muestra las grietas que Trump ha infligido al orden multilateral


A punto de cumplir el medio siglo de vida -el club de las mayores potencias industrializadas de 1975 cobró carta de naturaleza en el otoño de ese año en Chateau de Rambouillet, majestuoso castillo a 50 kilómetros de París que fue durante siglos residencia oficial de la realeza francesa-, se apresta a atravesar una crisis de identidad de incalculables consecuencias. A su próxima cita del 16 y 17 de junio en Alberta, la capital de las Montañas Rocosas canadienses, Donald Trump acudirá sin haberse resarcido de su pretensión de que Canadá, el histórico aliado americano de EEUU entre la elite de naciones de rentas altas, se adhiera como el estado 51 de la Unión, una proclama que se recibió inicialmente como una fanfarronería de mal gusto en las cancillerías de todo el mundo, pero que ha cobrado tintes de realidad. Al fin y al cabo, el objetivo de mantener a raya los déficits fiscales por debajo del 3% emanó en 1981 de la sugerencia de Pierre Bilger, director de Presupuestos bajo la presidencia del socialista François Mitterrand para poner coto desde el Ministerio de Finanzas a los titulares de carteras con propensión al gasto del Estado galo y, a día de hoy, se ha convertido en un sacrosanto principio de la teoría liberal al uso.

Author: Ignacio J. Domingo


Published at: 2025-06-14 20:06:53

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