El 31 de marzo, Día Mundial de la Torre Eiffel, se celebra el nacimiento de una de las estructuras más estafada de Europa. Su acento centroeuropeo, su dicción impecable y su cicatriz en la mejilla —que atribuía a un duelo entre aristócratas— le daban un aura convincente que encajaba a la perfección en cualquier recepción burguesa. “Si está realmente dispuesto a hacer lo que sea necesario, quizá usted y yo podamos llegar a un acuerdo... personal”, le soltó al único que mordió el anzuelo, el empresario André Poisson, según recogió el Chicago Tribune en 1925.
Author: Héctor Farrés
Published at: 2025-03-30 16:00:03
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