Durante el siglo XX, sus espacios fueron ocupados por una variopinta sucesión de actividades: desde el Centro de Ensayos de Aeronáutica de Leonardo Torres Quevedo, entre 1904 y 1906, hasta comisaría de policía durante la Guerra Civil, pasando por taller de reparaciones de la compañía Citroën, concesionario de motos Harley Davidson, fábricas diversas e incluso viviendas improvisadas en las gradas. El punto de inflexión llegó en 1962 con un extenso artículo de la revista Dígame que incluía un reportaje fotográfico de Martín Santos Yubero que despertó por primera vez el interés de la sociedad madrileña por la conservación de este patrimonio olvidado. El proceso de protección patrimonial fue largo y complejo: en 1991 se incoó el expediente para su declaración como Bien de Interés Cultural y finalmente, el 27 de enero de 2011, la Comunidad de Madrid le otorgó esta distinción con categoría de Monumento.
Author: Autor Redacción
Published at: 2025-07-05 19:00:00
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