Desde 1988 se juega al fútbol profesional a unos 200 metros de distancia, en un nuevo estadio que ya se ha quedado viejo, y el solar del antiguo campo es desde entonces un jardín con el nombre del alcalde franquista que más tiempo ostentó el cargo (Manuel González-Mesones, regidor de 1946 a 1967) y no hay rastro de placa alguna que honre la memoria de los 20.000 cautivos que soportaron frío, miedo y hambre sobre este terreno pegado a la playa Segunda del elegante barrio de El Sardinero. Tampoco puede borrar Aitor de su recuerdo las amenazas de muerte, la interceptación de su correo, ni cómo su mujer y sus hijos tuvieron que refugiarse en Sestao, en casa de la familia; rememora con detalle cómo Sergio se fue a vivir con él a su piso de la calle García Morato (en honor al héroe de la aviación franquista) y el miedo que pasaron las siguientes semanas, o la noticia falsa publicada en un diario local anunciando una condena a muerte contra ellos dictada en un falso consejo de guerra jamás celebrado en Toledo… De hecho, Aitor defiende el compromiso de los deportistas como él que, por ejemplo, se tradujo en la huelga de futbolistas en 1984 con la que se logró el reconocimiento de la profesionalidad de los jugadores o se eliminó el derecho de retención, entre otras reivindicaciones.
Author: Paco Gómez Nadal
Published at: 2025-12-20 21:18:24
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