Dejaban en claro que, ante la debilidad temporal o prolongada de los partidos democráticos, ya fueran de izquierda o de derecha; ante el cansancio de la población frente a la desigualdad, los problemas sociales sin resolver o las expectativas incumplidas; ante la incapacidad de atender y canalizar el descontento, el modelo de Le Pen estaba allí, agazapado, esperando su momento. Es difícil encontrar un estado sin al menos una fuerza política relevante que enarbole la desigualdad como bandera, que defienda la exclusión como forma de preservar la identidad nacional y que promueva la persecución o la expulsión de quienes piensan, sienten o se perciben de forma distinta. Pero la deriva de Fidesz en la Hungría de Viktor Orbán, del partido Ley y Justicia (PiS) en la Polonia de los hermanos Kaczyński, o de los gobiernos de Janez Janša en Eslovenia, demuestra lo contrario: la epidemia también ha cruzado el ya derruido telón de acero.
Author: Franco Delle Donne
Published at: 2025-11-25 20:55:25
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