Con el triunfo de la revolución, Stalin abanderó con Lenin y también después de la muerte del ideólogo bolchevique, la lucha antirreligiosa en el país, que se tradujo en la destrucción de iglesias y en la conversión de templos en establos, librerías, casas de ocio o almacenes, así como en el encarcelamiento y fusilamiento de jerarcas eclesiásticos, y en la difusión de la propaganda atea en todas las plataformas disponibles de la época. Y no se trata de ninguna exageración: durante la guerra, la iglesia ortodoxa rusa no solo ayudó al Ejército Rojo en un plano espiritual, sirviendo como un pilar patriótico más, sino que lo hacía también en la práctica, con masivas campañas de recaudación de dinero para el ensamblaje de tanques y otra maquinaria de guerra, al tiempo que cuidaba a niños huérfanos o con padres que luchaban en el frente. Durante la ceremonia de entrega de tanques, uno de los jerarcas, que se refirió a Stalin como "nuestro querido y genial 'vozhd'" y "nuestro padre común", se dirigió a los soldados en los siguientes términos: "¡Que estas máquinas de combate, guiadas por vuestra voluntad de victoria, firme como el granito, lleven la venganza y la muerte a los verdugos fascistas de nuestro pueblo, que han destrozado y bañado en sangre parte de nuestra sagrada patria, a estos satanistas, enemigos de la cultura y la felicidad del pueblo, enemigos de la humanidad, indignos de llevar el nombre de humanos, indignos de vivir en la tierra!"
Author: RT en Español , RT en Español
Published at: 2025-11-08 23:54:02
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