El acento y las buenas maneras de Starmer, que el presidente de Estados Unidos tanto dice admirar, la energía y la capacidad de réplica de Macron, que a veces enerva pero también frena a Trump, la seriedad de Friedrich Merz, el canciller alemán que ha apoyado con más claridad a Ucrania que sus antecesores, el peso de Ursula von der Leyen en representación de la UE, la cordialidad de la primera ministra Giorgia Meloni y del presidente finlandés, el pragmático Alexander Stubb, y la entrega de Rutte. Los principales objetivos europeos de la reunión en Washington, además de evitar otro intento de humillación pública de Zelenski, eran la participación de Estados Unidos en las futuras garantías de seguridad, presionar en contra de las cesiones prematuras de territorio y empujar el comienzo de negociaciones que incluyan a Ucrania al mismo nivel que Rusia. Salvar los platos de cara a la galería tiene además el riesgo de que los líderes europeos se conformen con “disuadir a Trump de hacer algo particularmente estúpido” ante las cámaras, que “se relajen y vuelvan a casa pensando que ya han cumplido su tarea”, según Giles, y que “dentro de unos meses, se vuelvan a ver atrapados en una situación similar y se encuentren igualmente poco preparados para intervenir en la conversación de forma relevante”.
Author: María Ramírez
Published at: 2025-08-18 20:15:18
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