En todo caso, un escenario tan explosivo como el actual es capaz de convertir en papel mojado cualquier previsión en cuestión de horas: aunque el mercado petrolero actual no es el de los años 70 (las economías no son tan dependientes y el primer productor del mundo es Estados Unidos), el eventual cierre de Ormuz no tiene precedentes. El estrecho de Ormuz canaliza también en torno al 20% de las exportaciones de gas licuado del mundo, en particular de exportadores como Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Irak, Kuwait o Qatar, estado que ha firmado cuantiosos contratos de suministro de los que dependen países europeos y asiáticos. El conflicto, pues, se puede convertir, si se bloquean los suministros, en un shock económico de primera magnitud, que notarán los ciudadanos en el precio del depósito de gasolina, en la factura de la luz y, posiblemente también, en el precio de la hipoteca.
Author: Manu Grande
Published at: 2025-06-22 20:29:26
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