A Trump hay que reconocerle los Acuerdos de Abraham de su primer mandato, pero más allá de eso, no tiene mucho más para mostrar, a pesar de todos sus esfuerzos para sellar diversos acuerdos de paz. Imaginen esa tarea en manos un desarrollador inmobiliario como Witkoff, sin la menor formación en diplomacia, que en una desconcertante muestra de arrogancia, decidió no servirse de todos los recursos disponibles del gobierno norteamericano: se reunió con Vladimir Putin él mismo y sin siquiera llevar a su propio intérprete, con una confianza injustificada en que puede ser más sagaz que un déspota taimado que ya ha visto desfilar a cinco presidentes estadounidenses. La desastrosa decisión de Trump en 2018 de salirse de ese acuerdo, a pesar de que los iraníes lo estaban cumpliendo, encendió la mecha de la guerra que acaba de explotar ahora entre Irán e Israel.
Author: Max Boot
Published at: 2025-06-15 19:51:41
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