«Es más peligroso ir al colegio en Pozuelo que en Orcasitas», ironizaba un corrillo de curiosos que, durante la mañana de ayer, se mezclaba con medio centenar de periodistas y cámaras en torno al cordón policial desplegado en el acceso principal del Colegio Americano. Hoy, la caída de Portnov resuena -en un centro donde también se enseña en la lengua de Shakespeare- en clave política y de la bratva: un ajuste de cuentas ucraniano en el corazón de la zona noroeste de Madrid. Durante las cerca de cinco horas que el cadáver de Andriy Portnov yació sin vida sobre el asfalto de Pozuelo, se congregaron cientos de periodistas, padres, jóvenes curiosos y vecinos indignados que permanecieron alrededor de la cinta policial hasta que solo quedó el servicio de limpieza.
Author: Daniel J. Ollero
Published at: 2025-05-21 22:11:45
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