Tras provocar un terremoto en las bolsas que por momentos nada ha tenido que envidiar al impacto del meteorito que supuso el estallido de la crisis de las subprime y que ha desconcertado a propios y extraños, incluidos algunos de los magnates empresariales que forman su Guardia de Corps, Donald Trump ha levantado el pie del acelerador, propiciando una tensa (muy tensa) calma tras la tormenta, ya que su estrategia parece ser la de mantener en vilo a los mercados, dando constantes pasos hacia delante y hacia atrás. De hecho, las aclaraciones de Lutnick se produjeron después de que China interpretara la pretendida exención de tarifas sobre ciertos productos electrónicos (teléfonos móviles, ordenadores portátiles, discos duros, microprocesadores y chips de memoria, así como máquinas utilizadas para fabricar semiconductores) como "un pequeño paso para que EEUU corrija su práctica errónea de aplicar aranceles recíprocos unilateralmente", señaló un portavoz del Ministerio de Comercio chino, quien además instó a Washington a cancelar "por completo" los gravámenes. Tras las declaraciones de Lutnick, que dejan claro que la ofensiva arancelaria de Trump no ha terminado, la pregunta del millón es hasta qué punto existe la posibilidad de un acercamiento entre EEUU y China, que se aplican unos aranceles del 145% y 125%, respectivamente, haciendo de facto inviable el comercio entre ambos países, con el fin de evitar una guerra económica que sería devastadora para el crecimiento global y de la que, desde luego, no saldría indemne EEUU.
Author: Expansión
Published at: 2025-04-13 17:03:47
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