Unos metros más adelante de la línea de meta de Castelraimondo, en La Marca, han formado un conciliábulo entre Ulissi, Fortunato, algunos auxiliares de su equipo y un par de periodistas de la vieja escuela, con muchos Giros a la espalda, y que todavía utilizan esos trasnochados chalecos de fotógrafo, con muchos bolsillos para guardar los carretes que hace décadas que no se utilizan. Cuando restan los tiempos del pelotón a los que han conseguido ellos, que llegaron unos minutos antes, estallan de alegría porque Diego Ulissi ha conseguido arrebatarle la maglia rosa a Primoz Roglic, que no parece muy contrariado por ello, y para un ciclista italiano, vestirse con el jersey de líder del Giro es una cosa muy grande, que consigue a los 35 años, después de ocho victorias de etapa, pero que nunca acarrearon un premio tan extraordinario. También Igor Arrieta, lugarteniente de Juan Ayuso, chico para todo del fenómeno español, como lo fue su padre —también en el Giro—, de Miguel Indurain, que se lanzó a buscarlo en los últimos kilómetros, distanciando a quien sería líder después, Ulissi, y a Kelderman, en un vano intento por alcanzar al australiano, que no se dejó, para llegar en solitario a la meta y vivir la gloria de una victoria de etapa.
Author: Jon Rivas
Published at: 2025-05-17 18:01:00
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