Durante esas labores, el estudiante de posgrado Cory van Hees relató que, debido a las condiciones de baja visibilidad bajo el agua, alcanzó a distinguir “marcos de madera apenas visibles en el barro, con tablones expuestos”, lo que llamó de inmediato su atención. Durante este verano, el equipo de trabajo llevó a cabo una recuperación de emergencia, en la que se extrajeron más de 40 piezas de madera que podrían corresponder al navío La Fortuna. El proyecto se desarrolla con la participación conjunta de distintas instituciones y entidades: el Departamento de Recursos Naturales y Culturales de Carolina del Norte, la Oficina de Arqueología Estatal, el laboratorio Queen Anne’s Revenge y la organización Friends of BTFA.
Author: LA NACION
Published at: 2025-08-12 15:27:16
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