“La visión de aquellas impresionantes murallas, de sus torretas y de los tendidos de alambradas eléctricas nos dio a entender en el acto que entrábamos en un lugar siniestro a más no poder”, contó el superviviente, que falleció casi 30 años después. “Así, al cargar piedras sobre vagonetas, de sol a sol, al romper las más grandes a golpes de mazo, hiciera el tiempo que hiciera, con la nieve o el hielo que se enganchaba a la piel de las manos, con los arañazos inevitables de las aristas de los cantos que cortaban como cuchillos, cuando llegaba el fin de la jornada ya no podíamos más, y aún no se acababa”, contó Marcial Mayans Costa, deportado a Mauthausen en 1942, según recoge Testimoniatges i memòries (1936-1945): Una nit tan llarga. En los últimos días del campo, ante la retirada caótica de las fuerzas alemanas, los propios presos, organizados en el Comité Internacional y el AMI (Aparato Militar Internacional), tomaron el control del campo entre el 2 y 3 de mayo de 1945.
Author: Florian Bachmeier
Published at: 2025-05-04 20:31:46
Still want to read the full version? Full article