El visitante que se adentra en el Parador de Hondarribia, encuentra mucho más que un alojamiento: descubre un espacio donde cada muro habla de un pasado bélico y estratégico que marcó la historia de la villa. Al no tener restaurante, nuestros clientes de alto poder adquisitivo llenan los restaurantes de la parte antigua y también de la marina, en la parte baja de la ciudad”, señala. La impresionante altura de casi diez metros de techo, con los estandartes de las guarniciones que pernoctaron y vivieron en el castillo, refuerza aún más el contraste entre la austeridad exterior y la riqueza interior.
Author: Mattin Izaguirre Eguiguren
Published at: 2025-08-31 19:35:30
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