Entonces empezó la persecución y la vida en la sombra, que la llevó a la cárcel de Alcalá de Henares (Madrid) y, posteriormente, al exilio en Argelia, Colombia y Cuba. Finalmente, después de meses, conseguimos que las autoridades españolas en Cuba nos dieran un pasaporte, pero cuando volvimos y fuimos a buscar el DNI que nos habían prometido que tendríamos, nos dijeron que no nos lo daban. Creo que dejamos un legado, una escuela de lucha, y la garantía de que las próximas generaciones podrán mirar atrás sin tener que avergonzarse de que no lucháramos.
Author: Sandra Vicente
Published at: 2025-08-26 19:39:09
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