Más que dejar testimonio de los hechos o anotar de forma pormenorizada los avances de la contienda, la autora se toma este diario como un ejercicio de escritura libre y creativo, como un cuaderno de impresiones que va tomando sobre la marcha. El pantano remite tanto a la geografía de su exilio peninsular –una aldea gallega, en una naturaleza que no siempre proporciona amparo– como, sobre todo, el interior, ese desamparo de los derrotados, con el pantano como símbolo del hundimiento, del estancamiento de los intelectuales apartados de su centro de actividad neurálgico, las ciudades, y, la pérdida más grave, sin libertad de expresión. Además de los libros, Lagos se empapa de otras manifestaciones artísticas, como la música de Beethoven, evocadora de recuerdos y compañera de soledades: “… quedo con la vista fija clavada en el grabado de Beethoven, al que suelo hablar en mis crisis de tristeza.
Author: Cristina Ros
Published at: 2025-08-25 19:59:39
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