Si has intentado tocar el registro y el supuesto “modo tableta” ya aparece desactivado, el origen del problema suele estar en cómo el hardware informa del estado de la cubierta/teclado y en la detección de convertibilidad, más que en un simple interruptor de “modo tablet”. Hay varios frentes que puedes atacar: ajustar la configuración de Windows para procesos en segundo plano y animaciones, revisar el registro (ConvertibilityEnabled), controlar el comportamiento de las apps más problemáticas, y optimizar el sistema para que no se venga abajo cuando cambia de contexto entre tableta y escritorio. Ajustando bien Windows 11, afinando el comportamiento de la barra de tareas, controlando los procesos en segundo plano y aplicando estos trucos de rendimiento, es posible transformar bastante la experiencia en una tableta o convertible: el sistema responde mejor al tacto, los cambios de modo dejan de ser tan molestos y la sensación general se acerca más a la de un dispositivo verdaderamente pensado para usarse tanto con teclado y ratón como con los dedos, sin que el rendimiento se venga abajo cada vez que desconectas o pliegas el teclado.
Author: Lorena Figueredo
Published at: 2025-12-15 19:30:01
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