La última, ayer mismo, cuando RTVE pidió a la Unión Europea de Radiodifusión (UER), organizadora del festival, una auditoría sobre el voto de la audiencia, «al considerar que el televoto está afectado por los conflictos bélicos que se producen actualmente y que pueden hacer que la ceremonia pierda su esencia cultural», justificaba el Ente en un comunicado. La polémica arrancó, en realidad, mucho antes de la gran final, con protestas pro Palestina en Basilea y otras ciudades limítrofes, fans expulsados de los ensayos por abucheos a la representante hebrea y escritos de distintos países pidiendo a la UER que se planteara la expulsión del país del concurso como ya se hiciera con Rusia tras el inicio de la guerra de Ucrania. La tensión fue in crescendo: pitidos a la delegación israelí, una amenaza de la UER a España por hablar de Gaza durante la retransmisión de la semifinal del certamen que TVE ignoró, o televisiones como la belga que decidieron no emitir la actuación del país durante la final en señal de protesta.
Author: Noelia Marín
Published at: 2025-05-18 19:31:28
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